martes, 7 de febrero de 2012

TRES AÑOS ATRÁS

TRES AÑOS ATRÁS
Hace tres años, mi vida era muy acelerada y rutinaria. Me la pasaba de la escuela de mi pequeña, al trabajo y del trabajo a mi escuela todo el día estaba saturado de actividades que  realizaba cotidianamente.
Vivía todavía con Ricardo el padre de mi hija. Ya tiempo atrás la relación entre Ricardo y yo  no marchaba nada bien. Un problema a mi parecer muy común hoy en día como es  la infidelidad, nos había distanciado muchísimo, deteriorando la confianza y todo lo que a lo largo de 6 años habíamos construido. A pesar de que yo puse todo de mi parte nuestra relación jamás pudo ser igual. Yo acababa de entrar a la preparatoria después de tres años que me había dado de baja, por empezar una vida en pareja. Uno de mis más grandes errores de los que hoy en día me arrepiento, aparte de dejar la escuela dejé muchas cosas que a mi edad deje pasar pues tan solo tenía, 17 años cuando tuve a mi hija . Por darle prioridad a mi  pareja y por supuesto a mi bebe, que por amor, no lo voy a negar no me costaba hacer .Yo me sentía muy mal por lo sucedido con Ricardo. Todo lo que tenía planeado, con él se esfumaba en un instante. El dolor que sentí en el momento que me entere de que Ricardo me era infiel. Fue un conjunto de emociones muy dolorosas y desesperantes que la verdad no se lo desearía a nadie.
 Él y mi bebé eran el motivo por el cual yo decidí continuar con mis estudios.Trate de tener control sobre la situación que se presentaba en ese instante, pero la verdad era muy difícil porque no quise decirle a nadie lo que me pasaba. Trate de salir yo sola de este problema y lo logre, durante tres años más trate de salvar mi relación. Pero se había vuelto algo rutinario y muy pesado. Para mí, llegamos al extremo de no dirigirnos la palabra. Llegaba de la escuela y corría a ver a mi hija. Hacer tarea y muchas cosas más; después me dedicaba hacer mis cosas de la escuela y terminaba durmiendo muy tarde, y al otro día me levantaba muy temprano y no veia a Ricardo.Así duramos por casi un año. Yo no me atrevía a dejarlo por diferentes razones, la primera , que le iba a decir a mi familia si yo no quería que se enteraran de lo que había sucedido, la segunda razón era mi hija, y otro motivo que me detenia era el que dirán. El miedo de que voy hacer si lo dejo  frenaba mis intenciones de terminar mi relación. Muchos miedos me embargaban en ese momento.
 Bueno y a que va todo esto. ¿Qué relación tiene con el recién llegado? El me hacía sentir súper bien por su llegada, el simple hecho de verlo me cambiaba el día, la emoción por volverlo a ver era algo muy emocionante. No cabe duda que el destino estaba de mi lado, me lo había mandado  en el momento justo, cuando más lo necesitaba, era la oportunidad de volver a sentirme bien. Aunque solo fuera en el instante en que lo veía pasar.

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